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Cartografiando problemáticas y áreas estratégicas

El mapeo colaborativo es un proceso creativo de espacialización de los saberes y experiencias cotidianas, que permite la visibilización de las problemáticas más latentes del territorio, identificando los responsables y reflexionando sobre conexiones con otras temáticas. Si bien puede partirse de una representación cartográfica tradicional (cartesiana), durante el proceso de intercambio de saberes se va elaborando una mirada crítica, producto de diversas opiniones y conocimientos, que alienta la participación, para que a partir de miradas dialógicas se re-construya el territorio (Risler & Ares, 2013)[1].

El propósito de esta actividad es la de espacializar las iniciativas lideradas por la administración pública, la comunidad u otra institución, a fin de compartir su visión del territorio. Se piensa como una posibilidad en la que se construya conjuntamente un mapa de iniciativas del pasado (para comprender el esfuerzo previo), actual (para reconocer el esfuerzo actual) y futuro (para visibilizar las necesidades a atender), como herramienta para la toma de decisiones en determinadas áreas. 

 

¿Qué necesitamos?

  • Mapa en pliegos del espacio a trabajar. Aquí es recomendable hacer una consulta sobre el lugar de procedencia de los participantes, a fin de establecer la pertinencia de abarcar todo el municipio o solo unas cuantas veredas.

  • Iconos que representen temas como agricultura, agua, riesgos, ambiente o cualquier otro tema que pueda resultar importante para la comunidad. Es recomendable diferenciarlos para que puedan usarse tanto en el pasado, como en el presente y en el futuro; esto puede hacerse dándoles un color característico, por ejemplo, azul para el pasado, verde para el presente y naranja para el futuro.

  • Post it, para agregar información que pueda ser relevante sobre el punto espacializado.

¿Quién puede participar?

Todos.

 ¿Cuánto tiempo nos toma?

Tres horas aproximadamente.

 ¿Cuántas personas pueden participar?

Es recomendado hacer grupos de 3 personas y un facilitador, por cada pliego de mapa, esto debido a la limitación que supone trabajar con más personas simultáneamente en un mismo mapa, pues pocas personas permiten un diálogo más tranquilo, ameno y natural. En caso de que el número de personas esperado supere lo recomendado, puede optarse por trabajar con dos copias de cada pliego mapa, también, cada uno con un facilitador.

 

¿Cómo desarrollamos la actividad?

La actividad estará dividida en 4 momentos, el primero de reconocimiento (20 minutos), el segundo de sensibilización (20 minutos), el tercero de espacialización (1 horas y 40 minutos) y el cuarto de relato de la experiencia (40 minutos).

 

  • Momento de reconocimiento. Existen varias maneras, una puede ser que los participantes escriban en un trozo de cartulina su nombre y se lo entreguen al facilitador, quien posteriormente puede dividirlos en el grupo. A continuación, cada participante debe buscar a quien la cartulina le señale, consultándole además de su nombre, la ciudad de donde viene, su ocupación o cualquier otra pregunta a fin de crear un diálogo. Finalmente, en círculo, cada no debe presentar a quien la cartulina le señala, indicando su nombre y la otra información resultante del diálogo.

  • Momento de sensibilización “todos por el territorio”. La confianza como forma de construir territorio se hace vital para cualquier didáctica. En esta específicamente se propone un ejercicio por medio del cual una cuerda representa la confianza y sobre la cual todos los participantes pueden ir soportándose en ella. La intensidad de fuerza imprimida por cada uno responderá a la confianza que le tenga a los demás y al sentido de corresponsabilidad compartida entre todos por mantener la cuerda estable.

  •  Momento de espacialización. Finalmente, se extiende la invitación a que los participantes tomen los iconos y los peguen en el mapa a fin de espacializar aquellas problemáticas, iniciativas o áreas estratégicas en términos de agua, ambiente, agricultura, riesgos u otra, en el pasado, presente o futuro. Cada icono puede ir acompañado de una explicación sobre la situación que dé cuenta de la percepción de cada participante. Esto último resulta siendo el momento más importante de la didáctica pues permite conocer, desde quien habita el territorio, las condiciones reales en torno a las necesidades, sueños, expectativas o deseos.

  •  Momento de relato de la experiencia. Intercambio de percepciones sobre los mapas construidos, mostrando la visión de todos los participantes.

 

 

[1]  Risler, J. & Ares, P. (2013). Manual de mapeo colectivo: recursos cartográficos críticos para procesos territoriales de creación colaborativa. Primera edición. Argentina: Buenos Aires.

Arte, Mapas y Gestión Rural. 2020

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